19 Mar 2009 – San José. Día del padre… y del hijo.

A las 9:30 el garaje de José Luis ya estaba en pleno funcionamiento. Solamente faltaba echar las magdalenas en la mochila y todo listo y dispuesto. Marchamos José Luis, el benjamín de la peña Adrián, y Josep, en dirección al Molino de Fermín para enfilar la ascensión del día. Chino-Chano el hijo se va poniendo en cabeza y pone en apuros al padre, aunque siempre manteniéndose las distancias entre los dos. Llegados a la carretera la cosa ya calmaba y poco a poco nos adentrábamos en La Ceja. Aquí ya era falso llano y decidimos parar a almorzar en un lugar recomendado por José Luis desde donde teníamos unas vistas espectaculares de Narboneta. Allí se libraron batallas épicas a pedrazos entre los niños “mireños” y los “narbonetenses” según nos relató El Mireño (en el bando ganador). También se divisaba una senda de infausto recuerdo para un “insecto” de la peña.

Tras dar buena cuenta del almuerzo, al benjamín le dio el baile del sambito tras recibir la llamada de su abuela, y raudo y veloz quería llegar pronto para verla… que tendrán las abuelas…
Pero no todavía tuvo que ganárselo pues el falso llano tendía para arriba hasta que llegamos de nuevo a la carretera para desviarnos por el Molaton. Aquí José Luis perdió un eslabón de la cadena y necesitamos hacer una pausa para repararlo. En un periquete continuábamos bajando. Pese a las advertencias a Adrián de la presencia de un badén, el muchacho lo salvó como un “pofesioná” elevándose del suelo. En unos días ya veremos lo que da este chiquillo.
Ya por la huerta, nos encontramos con otro peñista que había perdido su bici, Ramón. Pero a este le da igual, ir en bici o a pie, pues las piernas le dan para mucho. ¡Ozú, que manera de correr!

Josep