Lástima que entre los despistes del GPS, camino por aquí, camino por allá, se nos hiciera demasiado tarde cuando la cosa parecía que iba a apuntar a meterse en faena. Así que la verdad es que nada catamos de las sendas prometidas.
Y eso que íbamos preparados, y si no ver que monturas habíamos traído para disfrutar de las sendas de Bicuerca. Menos mal que no nos vieron los forestales, porque dos iban en moto (que menudo almuerzo se gastaban).
Así que con la fuente de Bicuerca tuvimos que conformarnos. Las sendas deberán esperar al segundo intento.
Josep
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